sábado, 9 de marzo de 2013

COLORFUL, por Cris


El pasado jueves, en nuestra sesión de cineclub, tuvimos la oportunidad de debatir sobre una película de animación japonesa, “Colorful”, lo cual hay que agradecérselo al compañero Yago, que nos la presentó. Este tipo de películas de anime provienen del manga, género cada vez más elogiado por el sector joven español. Tengo que decir que es la primera vez que veo una película de este género, aunque mi infancia (y creo que la infancia de todos) estuvo marcada por muchas series y dibujos animados de este tipo. Somos muchos los que crecimos aprendiendo los valores de lucha y esfuerzo de nuestro amigo “Goku” (Dragon Ball) o de las hazañas justicieras de nuestro equipo de chicas “Sailor Moon”. Este tipo de películas y series de animación suelen destacar los principios religiosos y morales de la sociedad japonesa que se ven bien reflejados en esta película.

¡Muchas felicidades, te ha tocado la lotería! ¡Eres un alma que falleció después de haber cometido un gran pecado, pero te vamos a dar una segunda oportunidad para regresar al mundo y tratar de hacer las cosas bien!
Así comienza Colorful, con las palabras de un “ángel”, Purapura, que transmite a un alma una segunda oportunidad en la vida. Se encuentran en una especie de purgatorio. Su misión será la de guiar a esta alma en pena en el proceso de reencarnación. Esa alma se reencarnará en un chico, Makoto Kobayashi, de 14 años, que se había suicidado con una sobredosis de medicamentos. Ahora vivirá en una nueva familia, tendrá una nueva vida.

Makoto es un chico que no tiene amigos y que sufre acoso en el colegio. Su padre es un hombre que vive estresado y centrado en su trabajo, su madre tiene problemas matrimoniales y se ve con un amante, y su hermano es un estudiante que sólo se centra en su mundo interior. A Makoto le gusta una chica del colegio, Hiraoka Kuwabara, pero acaba descubriendo que se ve con hombres mayores que ella para poder permitirse caprichos caros.

La misión del “nuevo” alma será descubrir qué pecado cometió en su vida anterior para poder redimirse antes de 6 meses, de lo contrario, será expulsado del cuerpo de Makoto.

Colorful, del director japonés Keiichi Hara, y basada en la novela para adultos de Eto Mori, es una película que nos refleja muy bien una historia de drama familiar, y no de la típica familia feliz, una familia en la que cada uno, además de sus problemas individuales, y a partir del suceso traumático por el que acaban de pasar, luchan por conseguir ser verdaderamente una “familia”. A lo largo de la película, comprendemos el por qué del suicido de Makoto.

Purgatorio, reencarnación, sufrimiento, segundas oportunidades…dicen mucho de una película que resalta valores e ideales religiosos centrados en el budismo y de temas que realmente nos hacen reflexionar en nuestro día a día, el bulling escolar, la prostitución juvenil, la individualidad (que se ve reflejada en el hermano de Makoto), la competitividad y valores positivos como la familia o la amistad (la amistad que hacen Makoto y su nuevo amigo Saotome).

Técnicamente, esta película tiene un buen aprobado, empieza con planos subjetivos y está ilustrada con unos dibujos y gráficos bastante buenos y sobre todo unos fondos y colores de paisajes muy vivos. En cuanto a la música, es una música transcendental que acompaña muy bien cada escena.

En mi opinión, es una película lenta pero yo la recomendaría, ya que me parece bastante realista. Yo me quedo con la reflexión final que nos invita a vivir la vida intensamente de una manera más abierta y más positiva:
La gente no se compone de un solo color, sino de muchos diferentes… colores bonitos y colores feos… es simplemente que nadie sabe cuáles son sus verdaderos colores. ¡Tener colores es maravilloso!… Vive una vida llena de colores.
El director Keiichi Hara aplica en su película técnicas fotorrealistas, incluyendo lo que parece el uso de imagen real.

3 comentarios:

  1. Interesantísima tu aportación, Cris :)

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  2. Eso, eso! Una vida llena de colores!! La gente no se compone de un solo color!!
    Me ha recordado esa célebre sentencia de Hesse: "consideramos siempre demasiado estrechos los límites de nuestra personalidad".
    Me ha encantado, Cris.

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  3. ¡¡Estupendo aporte!!

    Mis colores son definitivamente otoñales, aunque dicen que los del verano me sientan mejor jajajaja.

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